En este poco convencional museo hay hologramas, programas de estéreo e ilusiones ópticas para toda la familia.
Más de 70 piezas de exposición crearán nuevas dimensiones de la percepción. En el museo interactivo se podrá desafiar a la gravedad en una habitación inclinada, ver cómo otros visitantes crecen y se encogen, perder los pies bajo el suelo del túnel de vórtice (un cilindro rotatorio), servir la cabeza de un invitado en una bandeja o hacer una foto del espacio infinito.
El museo está ubicado en el casco antiguo de Viena y es una visita apropiada para toda la familia. Tener un estómago resistente es una gran ventaja en este lugar. Para aliviar el aburrimiento durante la espera de la entrada, habrá magos haciendo trucos.