En la Deutschordenshaus, una placa conmemorativa nos recuerda que Mozart residió aquí en mayo de 1781. Después de ser expulsado por su patrón, decidió que en lo sucesivo viviría como artista autónomo. Mythos Mozart, la Mozarthaus Vienna y la Casa de la Música son los principales mundos de vivencias musicales de Viena.
Mozart se casó en la Catedral de San Esteban, el mismo sitio donde posteriormente fueron bendecidos sus restos mortales. En la Iglesia de San Miguel se estrenó el Réquiem de Mozart.
El Theater an der Wien se inauguró después de la muerte de Mozart, en 1801. En la antigua entrada principal del teatro situado en la Millöckergasse 8, el amigo de Mozart, Emanuel Schikaneder, se hizo un monumento digno de verse, con el Papagenotor o «portón del Papageno». También fue libretista, contratante y primer «Papageno» de La flauta mágica de Mozart.
Un breve viaje tras las huellas de Mozart nos llevará al Palacio de Schönbrunn, donde comenzaron sus andanzas en Viena. El niño, de apenas seis años, dio su primer concierto en el Salón de los Espejos ante la emperatriz María Teresa. Al parecer, desbordado por la alegría, el infante habría saltado sobre el regazo de la emperatriz. Varias veces por semana en el Teatro de Marionetas del Palacio de Schönbrunn tienen lugar representaciones de La flauta mágica.
En el cementerio de St. Marx de estilo Biedermeier fue donde se enterró a Mozart, en cumplimiento con la ordenanza de enterramientos de la época, en una tumba de fosa, junto con otros muertos y sin crucifijo ni ceremonia de despedida. El primer monumento funerario que se hizo fue construido 68 años después de la muerte de Mozart en el lugar donde se suponía que estaba su tumba. Desde 1891 se encuentra en el grupo de las tumbas honorarias del Cementerio Central. El impresionante monumento que hoy se puede ver en St. Marx es obra de uno de los guardias del cementerio, que lo erigió con restos de otras tumbas.