El vals vienés
Schubert, Chopin, Liszt, Brahms y Mahler escribieron valses que no estaban pensados para bailar: como canciones, para piano u orquesta. Sin embargo, fueron los bailables valses de la dinastía Strauss los que iniciaron una marcha triunfal sin igual por todo el mundo. Bailar el vals fue y sigue siendo la forma de festejar al estilo vienés. En ningún otro lugar se puede apreciar tan bien como en los bailes vieneses.
Todo sobre la temporada de baile de Viena
La cultura del baile vienesa se remonta a hace unos 200 años, cuando Europa se reorganizó en el Congreso de Viena de 1814/15. Se ofrecieron bailes y eventos sociales para hacer la estancia de los asistentes lo más agradable posible. De ahí que se dijera que «el Congreso baila». Toda Viena se balanceó en compás de tres por cuatro y se convirtió en la metrópoli del vals.
Johann Strauss II, rey del vals
Cuando se trataba de música de baile, el público esperaba nuevos valses o polcas con mucha ansia. Compositores (y también directores de orquesta) como Joseph Lanner y Johann Strauss padre e hijo aportaron gran cantidad y calidad y fueron celebrados como estrellas del pop. Johann Strauss padre (1804-1849) escribió la Marcha Radetzky. Su hijo (1825-1899) pasó a la historia como el rey del vals y sus giras le llevaron hasta Rusia y América. Sus dos hermanos Josef y Eduard también compusieron.
El Vals de Danubio, el primer gran éxito
La obra más famosa de Strauss hijo es probablemente el Vals del Danubio, titulado en realidad El bello Danubio azul. Su creación tuvo lugar en el piso de Strauss en la Praterstraße 54, el cual se ha mantenido en su estado original y merece la pena visitar.
El 17 de febrero de 1867, el periódico Neues Fremdenblatt informaba del aclamado estreno: «El número de apertura de la segunda parte ha sido todo un éxito». Se trata del primer uso documentado del término «éxito» (Schlager en alemán). El himno secreto de Austria, de nueve minutos de duración, se interpreta regularmente con motivo del cambio de año, por ejemplo como bis y punto álgido en el Concierto de Año Nuevo que la Orquesta Filarmónica de Viena retransmite a todo el mundo, así como durante los bailes que se celebran en Viena, una experiencia única para los visitantes.
Johannes Brahms, compañero de Strauss, también amaba la composición. Se dice que una vez anotó la melodía del Vals del Danubio en el abanico de una dama acompañada de las palabras: «Lamentablemente, no es mío».
En House of Strauss, un museo multimedia dedicado al rey del vals, se puede conocer la historia del Vals del Danubio y mucho más sobre la dinastía Strauss. Johann Strauss II actuó allí una vez en la Sala Strauss y hoy su música puede escucharse en conciertos.
Famoso incluso en el espacio
Ya en la época de Strauss, el Vals del Danubio se convirtió en un himno nacional, a la altura del himno imperial Gott erhalte de Joseph Haydn. Al proclamarse la independencia de Austria en abril de 1945, se interpretó el Vals del Danubio ante el Parlamento a falta de un himno, y la selección nacional de fútbol austriaca también lo escogió después de la Segunda Guerra Mundial.
Fue esta melodía la que la televisión austriaca emitió por primera vez en 1955. Una variación de la canción se puede escuchar todavía hoy en el tema musical del programa de noticias de la ORF Zeit im Bild. La compañía aérea Austrian Airlines también hace uso de la música al embarcar a sus pasajeros en compás de tres por cuarto. El Vals del Danubio también se introdujo en la cultura popular como música de fondo en dibujos animados como Tom y Jerry o en la serie estadounidense Los Simpson.
Finalmente alcanzó el estatus de culto en el clásico de ciencia ficción de 1968 de Stanley Kubrick 2001: Una odisea del espacio, en el que al son de Strauss, una nave espacial de varias toneladas aterriza en una estación espacial giratoria aparentemente sin esfuerzo. La secuencia se ajusta con precisión a la duración y el ritmo del vals: un tributo a la magistral composición de Strauss.
Bailar el vals
Con la ayuda de las escuelas de baile vienés, los principiantes se pueden convertir rápidamente en excelentes bailarines. El baile consiste en sólo seis pasos, lo difícil es la alta velocidad. Los expertos alternan el vals con giro a la derecha con la variación más difícil en sentido contrario. Si se marea con el rápido ritmo de giro (consejo: baile siempre en la misma dirección y, sobre todo, ¡no mire al suelo!) o se queda bloqueado, tómese un respiro con unos tranquilos pasos pendulares.
Quien baila doce valses en una noche ha hecho alrededor de una hora de ejercicio físico, lo que corresponde a 2500 vueltas, 5000 compases y una distancia de 5 kilómetros.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
En noviembre de 2017, la UNESCO incluyó el vals vienés (tocado, bailado y cantado) en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de Austria. El vals tiene una larga tradición: Tanto la técnica especial de ejecución e interpretación del vals vienés como el baile en sí se transmiten a través de orquestas sinfónicas y de baile, coros y escuelas de danza.