Los parques de Viena son monumentos en sí mismos. Si tiene un poco más de tiempo a su disposición y no solo quiere conocer los espléndidos parques del centro de la ciudad, le recomendamos que haga una escapada a los que hay más allá de los confines urbanos. Un ejemplo es el magnífico Kurkark Oberlaa, que fue construido con motivo de la Exposición Internacional de Jardines de Viena en 1974.

Aquí encontrará desde las tranquilas zonas ajardinadas(acondicionadas con tumbonas) hasta un zoo de mascotas infantil o un área de patinaje para deportistas. También son muy populares los jardines temáticos que se encuentran dentro del parque: Un laberinto de flores, una ciudad de cine, un jardín del amor y un jardín con escaleras crean una atmósfera única. El jardín japonés Takasakigarten trae el arte de la jardinería del lejano Oriente a Viena.

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Deporte y oasis de la tranquilidad

Miles de rosas lo esperan en la rosaleda del Donaupark en el distrito 22, que con sus 800 000 m² de espacios verdes es el barrio con más vegetación de Viena y forma una unidad con el área de descanso Neue Donau, que al mismo tiempo pertenece a la Isla del Danubio. Aquí, cerca del clásico tren del Donaupark y a los pies de la Torre del Danubio está el idílico lago Irissee y la pradera Papstwiese, así como numerosas posibilidades para practicar deporte y canchas de tenis gratuitas, una pista de minigolf y ajedrez.

La Korea Kulturhaus se ha mudado al Seerestaurant, situado en el Irissee, un edificio que ha permanecido vacío durante largo tiempo, y que aun así sigue siendo hermoso. Esta construcción se remonta a los años sesenta, cuando se inauguró el parque. Es accesible para todo el mundo y cuenta con unos cuantos pluses más: Una tetería y una biblioteca invitan a quedarse, aunque también se ofertan cursos de caligrafía y de otras materias, y se organizan exposiciones y clases de cocina.

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Disfrutar del parque con vista panorámica

Un gran espacio al aire libre con instalaciones para jugar al voley playa o patinar, así como multitud de deliciosos estanques, cascadas y diferentes clases de árboles hacen que el Türkenschanzpark, en el que los turcos se atrincheraron contra las Fuerzas de Liberación en 1683, sea de paso obligado para los amantes de la naturaleza.

Para alcanzar los 23 metros de altura de la atalaya Paulinenwarte hay que subir unos 89 escalones. Este mirador, que inauguró en 188 el emperador Francisco José I servía originalmente como depósito de agua. Hoy la Paulinenwarte ofrece unas vistas de los alrederodes de ensueño. Su nombre se lo debe a la Emperatriz Pauline Metternich, quien donó muchas plantas exóticas para el diseño del parque.

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Arte moderno en el parque

El Schweizergarten es uno de los parques más antiguos de Viena. Después de la Exposición Universal de Bruselas de 1958, el Pabellón de Austria, una estructura de acero creación del arquitecto Karl Schwarzer, se trasladó aquí, y se inauguró en 1962 como museo del s. XX. En 2011 este distintivo edificio celebró su reapertura, bajo el nombre de Belvedere 21. En el parque Schweizergarten se alza también desde 2010 un monumento de dos metros de altura, en recuerdo del compositor polaco Frédérik Chopin y su estancia en Viena. Además este polifacético parque cuenta con unas piscinas de acceso gratuito, así como con el restaurante de cocina tradicional vienesa "Klein Steiermark".