También en la gran ciudad se ha puesto muy de moda la bici de montaña. Siete recorridos señalizados conducen desde Viena hasta los Bosques de Viena, el gran pulmón verde de la ciudad. La variada red de senderos permite escoger la ruta adecuada tanto a los principiantes como a los avanzados; la magnífica naturaleza del parque biosférico está incluida en el precio. Especialmente el nuevo centro Hohe-Wand-Wiese hace las delicias de los ciclistas de montaña. Este moderno centro ofrece tres recorridos de diferente nivel de dificultad, alquiler de bicis y equipamiento, entrenamiento en la técnica de conducción, un recorrido de prácticas y visitas guiadas por los senderos del centro y por todos los Bosques de Viena. ¡A pedalear!

Escalada aventurera con vistas

En el Kahlenberg, una de las colinas de Viena, no solo se puede gozar de una vuelta en bicicleta; en su parte alta, el parque de arborismo más grande de la Austria oriental espera la llegada de valientes ecaladores. 150 obstáculos de tres grados de dificultad y a una altura de hasta 20 metros proporcionan momentos de gran diversión. Además, los amantes de la aventura se lanzan por el bosque mediante numerosas tirolesas y gozan de unas magníficas vistas de Viena. Luego, los apasionados escaladores tienen que reponer fuerzas: en el contiguo mesón Josefinenhütte, encantadoramente decorado, se sirven platos clásicos y delicias de temporada.

También en plena ciudad se puede escalar, desde abril hasta octubre, por una de las seis torres históricas antiaéreas de la época de la Segunda Guerra Mundial. Los escaladores se mueven hasta el tejado de la torre antiaérea por más de 4.000 agarres de colores y 20 recorridos de dificultad variada, lo que significa nada menos que 34 metros de altura. Una vez llegados arriba se abre un magnífico y singular panorama turístico de la ciudad sin aglomeraciones. Garantizado.

Solo volar es más bello

En Viena se cumple también el deseo de volar. Desde las instalaciones del Spider Rock XL situadas junto al puente Donau-stadtbrücke, los visitantes flotan por una tirolesa de 380 metros de longitud a lo largo del Danubio y sobre el puerto de Marina Wien. Aquí existe también la posibilidad de experimentar una caída controlada de 36 metros; tras una caída casi libre, aterriza uno a los pies de la Torre Power Fan. Entretanto, el nivel de adrenalina se ha subido por las nubes.

Con el cabo de arrastre de wakeboard situado cerca de la estación de metro de la línea U2 Donaustadtbrücke no puede uno volar pero sí deslizarse. Wakeboard, esquí acuático o kneeboard: los amantes del agua dan una vuelta tras otra a unos 30 km/h por el agua. Los deportistas con experiencia dan saltos impresionantes por encima de los obstáculos.

Otra caída libre llena de adrenalina la ofrece Windobona en el Prater. En el túnel de viento de cristal más moderno del mundo se pueden experimentar velocidades de hasta 280 km/h en el Indoor Skydiving, lo que corresponde a la sensación que experimenta un paracaidista a 4.000 metros de altura. Una experiencia apta también para principiantes.

Texto: Angelika Öttl

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