Con alrededor de 150 heladerías, Viena es la ciudad con más heladerías de Europa. La oferta abarca desde establecimientos tradicionales de inspiración italiana hasta fusiones con la cultura vienesa de los cafés, pasando por nuevos y modernos establecimientos que convierten el helado en un verdadero producto que marca tendencia. Todo ello de la máxima calidad y a menudo con ingredientes regionales, ecológicos o incluso veganos. Sin duda, Viena es una auténtica metrópolis del helado.

Tichy

Empecemos con una institución vienesa. Desde 1952, Tichy es uno de los mejores lugares para comprar helado. El enorme local de la plaza Reumannplatz todavía emana el ambiente de antaño. Sin embargo, los sabores de helado se han modernizado. De hecho, aquí es donde se inventó una especialidad que hizo famosa la heladería Tichy más allá de las fronteras de Viena: las bolas de helado rellenas de albaricoque (Eismarillenknödel en alemán). ¡Un auténtico clásico, y además patentado!

© BAHÖ Podcast/Raven and Finch/Patrick Langwallner

Veganista

El nombre no deja lugar a dudas. En Veganista todo es vegano. Tras 20 años de dieta vegana, dos hermanas se propusieron crear el mejor helado vegano de la ciudad. Ahora ya cuentan con varias sucursales en Viena. Cada día elaboran 18 sabores diferentes, entre ellos también sabores originales como albahaca, avena con canela o arándanos con lavanda. ¡Todos deliciosos incluso para los no veganos!

© veganista

Eissalon am Schwedenplatz

Esta tradicional heladería en plena Schwedenplatz se remonta a 1886 y se encuentra ya en la quinta generación. Eso la convierte en la más antigua de Viena. El helado se elabora dentro de los límites de la ciudad, concretamente en la localidad lacustre de Aspern. Una vez escogido el sabor entre su infinita variedad, lo mejor es bajar con el helado hasta el acogedor canal del Danubio.

© Eissalon am Schwedenplatz

Eis-Greissler

Eis-Greissler sigue apostando por la creatividad y la sostenibilidad. Para la elaboración diaria se utiliza leche ecológica fresca de las vacas de Eis-Greissler. El resultado son explosiones de sabor natural con sabores como caramelo alpino, galleta de mantequilla, chocolate Zotter o queso de cabra. La carta se renueva constantemente con sabores de temporada y variedades especiales sin azúcar o veganas.

© Christian Beiglböck

Eissalon Tuchlauben

En el centro y a un paso de la catedral de San Esteban se encuentra una auténtica institución vienesa de gran tradición: la heladería Eissalon Tuchlauben. Gracias a su llamativo color naranja, este local de estilo clásico no pasa desapercibido. Se rumorea que incluso tienen un sabor especial de turrón que no está expuesto en la vitrina, sino escondido en un cajón situado debajo del mostrador. ¡Sólo hay que preguntar por él!

© WienTourismus/Caroline Bauer

Schelato

Helado, o en vienés «Schelato». Con sus cucuruchos negros con limonada rosa, guinda con orégano y albahaca con granada, está claro que nos encontramos ante una heladería vienesa que apuesta por la innovación. Estos sabores y, por supuesto, también los clásicos imprescindibles, se elaboran con ingredientes ecológicos de alta calidad y, en la medida de lo posible, regionales. Schelato también nos deleita con creaciones de temporada como el helado de galletas de vainilla.

Ferrari Natural Gelato

Ferrari Natural Gelato es un pedacito de Italia en pleno centro de Viena. Entre la Ópera Nacional y la Casa de la Música, el maestro heladero crea personalmente nuevas composiciones con ingredientes regionales de alta calidad. Ofrecer un producto fresco es su máxima prioridad. Por esta razón, el helado no se expone de forma clásica en la vitrina, sino que se esconde bajo tapas metálicas redondas. Sus sorbetes de frutas compuestos de hasta un 70 % de fruta, totalmente sin azúcar, gluten ni lactosa, son muy populares.

© Ferrari Gelato

Paolo Bortolotti

En verano, la Mariahilfer Straße atrae a los transeúntes con el helado especialmente cremoso de Paolo Bortolotti, tanto como un espresso italiano. No hay paladar que se resista a su gran selección de sabores: clásicos populares como Fiocco y avellana, nuevas creaciones como yogur con granada y bergamota o especialidades italianas como Nocciolone. Las grandes tarrinas son perfectas para una breve pausa entre tienda y tienda.

© FOLTIN Jindrich / WirtschaftsBlatt / picturedesk.com

Leones

El helado artesanal, el arte tradicional italiano de hacer helados, forma parte de la filosofía de Leones. La estrecha colaboración personal con proveedores principalmente regionales garantiza los mejores ingredientes para sus exquisitas creaciones en todo momento. Se prescinde por completo de aditivos artificiales. Así es como el helado de café adquiere su sabor a auténtico espresso. También puede ocurrir que haya varios sabores diferentes de exquisito helado de vainilla para elegir.

© Tina Herzl

Vanillas

En la preciosa cafetería Vanillas se sirven helados artesanales ecológicos y sorbetes con alto contenido en fruta. Los helados se elaboran con leche sin lactosa o de forma totalmente vegana y ofrecen una experiencia de sabor lo más natural posible. La variedad se completa con exquisitos desayunos, creativas pastas y café de gran calidad.

Gelateria La Romana

Los amantes de los helados cremosos encontrarán lo que buscan en la heladería La Romana. La historia del negocio se remonta a 1947, en la ciudad italiana de Rimini. Allí es donde se siguen creando todos los sabores. Hoy en día tienen heladerías por toda Europa. Cada sucursal decide por sí misma los sabores que quiere vender y elabora sus helados en el mismo establecimiento siguiendo las recetas originales.

© La Romana Dal 1947

Zuckero

En esta heladería, la familia tiene un papel muy importante, y es que los hermanos Emöke y Zsolt Nagy elaboran sus helados con mucho amor. «Zuckero» significa «sin azúcar». Los helados y las tartas se elaboran al gusto, ya sea sin lactosa, sin gluten, con edulcorantes alternativos o de forma completamente vegana. Sus deliciosas creaciones se pueden degustar ya en tres establecimientos de Viena.

Zanoni & Zanoni

Benvenuto! La familia Zanoni se mudó en 1971 desde el norte de Italia a Viena para hacer realidad el estilo italiano en forma de helado. Hoy en día, la heladería es ya un destino imprescindible en el centro de la ciudad. Ofrece cucuruchos de sabores clásicos y también únicos para llevar, así como grandes tarrinas para disfrutar con más calma. ¡El yogur helado con cobertura personalizada es lo más!

© Christian M. KREUZIGER / picturedesk.com

Vidoni

Si busca helados únicos y modernos, Vidoni es el sitio adecuado. Los sabores vienen en todos los colores y formas: deliciosamente achocolatados con crocante de chocolate y nueces, refrescantemente afrutados con frambuesa y violeta o también con un toque extravagante. ¿Quién ha probado alguna vez un helado de lichi y saúco? También ofrece batidos, lassis y tés, todo ello helado y, sin embargo, muy popular.

Eisfuchs

Poco llamativa por fuera, pero auténtica y refinada por dentro: la pequeña heladería Eisfuchs sorprende con una creativa selección de sabores de producción propia. En la vitrina, los sabores de siempre se alternan con combinaciones apasionantes como nuez con higo, naranja con jengibre o nectarina con té verde.

© Lucas Suermeyan