Un hombre y una mujer saltan al agua desde una barca

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¡Baje las revoluciones!

¿Busca un poco de fresquito? Nosotros podemos darle los mejores consejos para refrescarse en Viena cuando aprieta el calor.

1. Dese un chapuzón en el Danubio
Por supuesto, la mejor forma de refrescarse es en el agua. Y en Viena hay agua de sobra. Dese un rápido chapuzón en el Danubio, al que puede llegar en un santiamén con las líneas de metro U1 y U6. Sumérjase, refrésquese, salga otra vez y la visita de la ciudad podrá continuar.

Un hombre y una mujer saltan al agua desde una barca
© WienTourismus/Paul Bauer

2. Coma helado
Viena tiene el mayor número de heladerías de Europa. La fuerte competencia se nota en la altísima calidad del helado de Viena. Un helado refresca desde dentro. En nuestro sitio web encontrará una vista general de las mejores heladerías.

Pareja tomando helado mientras pasea por el casco antiguo
© WienTourismus / Peter Rigaud

3. Vaya a un museo climatizado
Cuando hace calor, ir a un museo no es necesariamente lo primero que se le pasa por la cabeza a la gente. Pero nosotros sí le aconsejamos que vaya. Y es que no solo la oferta de exposiciones de los museos vieneses es sensacional, sino que además la mayoría están climatizados.

Belvedere superior, gente mirando cuadros en el interior
© WienTourismus/Paul Bauer

4. Vaya a la iglesia
Hacer turismo es algo que se puede asociar con lugares fríos. Las iglesias, por ejemplo, siempre conservan un frescor agradable en verano. La Catedral de San Esteban, la Iglesia Votiva, la Iglesia de San Carlos, la Iglesia de San Francisco de Asís... Todas merecen una visita y sus gruesos muros conservan una atmósfera fresca en el interior.

Catedral de San Esteban, vista interior
© WienTourismus / Gregor Hofbauer

5. Vaya a la cripta
Quien busque todavía más frío deberá ir bajo tierra. Como a las catacumbas de la Catedral de San Esteban, por ejemplo. O a la Cripta de los Capuchinos, donde los soberanos del antiguo reino de Habsburgo están enterrados, entre ellos la emperatriz Isabel. También aconsejamos visitar la cripta de la Iglesia de San Miguel; ¿son suficientes 12 grados?

Ataúdes en una nave, ataúd con corona y orbe imperial
© Robert Vanis

6. Use las fuentes de agua potables
Viena es conocida por la buena calidad de su agua potable. En Viena, de los grifos sale agua potable que llega directamente desde los manantiales de las montañas. Y eso es así en muchos lugares públicos. En total, Viena cuenta con más de 1300 fuentes en las que cualquier persona puede beber de forma gratuita.

Mujer bebiendo de una fuente con la Iglesia de San Carlos de fondo
© WienTourismus/Lisa Edi

7. Pase por una ducha de agua pulverizada
En los días más calurosos del verano, en muchas plazas públicas, parques y calles es posible encontrar finas duchas de agua pulverizada. Un ejemplo es la calle Neubaugasse. O el Parque Esterházy, conocido en Viena como «el parque de refresco». Allí hay un gran punto fresco de 30 metros cuadrados con plantas que dan sombra y chorros de agua pulverizada. En la Karlsplatz también se instalan tubos de agua pulverizada para los días más calurosos.

Ciclista pasa por chorros de agua pulverizada ante la Iglesia de San Carlos.
© viennaslide / picturedesk.com

8. Tome un Spritzer de verano
Y por último, Viena no sería la misma si no pudiéramos refrescarnos también con un poco de vino vienés. Siempre que sea posible, en un heuriger. Mientras que en un clásico cava con soda la proporción es de 1:1, el Spritzer de verano contiene bastante más agua. Así que, ¡marchando unos Spritzer!

Sirviendo vino en una taberna Heuriger
© WienTourismus / Peter Rigaud


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