Agua de Viena: clara como el cristal
Muchos vieneses es lo primero que hacen al volver a casa tras unas vacaciones en el extranjero: abrir el grifo y disfrutar de la inigualable agua vienesa. En muchos países no se puede beber el agua del grifo. E incluso en los lugares donde se puede beber, enseguida queda claro que no es agua todo lo que reluce. El sabor del agua depende de su origen y de su historia. La forma en que el agua penetra en la roca, a través de qué capas de la misma fluye, todo ello influye en la composición de los minerales del agua y, por tanto, en su sabor y aspecto.
Del manantial al vaso
Y eso es precisamente lo que hace que el agua de Viena sea tan especial. «Incluso cuando sale directamente del grifo, el agua de manantial de Viena se muestra prístina, con una superficie similar a la de un espejo plateado», describe su aspecto Long Luna Lin-Maurer, sumiller formada en aguas. Nacida en Shanghái, esta experta en agua y guía turística ha vivido en Viena durante muchos años y está maravillada con el sabor del agua vienesa: «La consistencia suave y aterciopelada de esta agua procedente de manantiales de montaña se puede sentir desde el primer contacto en la punta de la lengua. A su paso por la boca, el agua va acompañada de un toque dulzón. Por último, se percibe un cierto carácter acerbo del agua a su paso por la garganta».
Una idea visionaria de 1873
El agua de Viena procede de los Alpes de Baja Austria-Estiria. La superficie del manantial es más grande que la ciudad de Viena y es una zona protegida. El agua fluye directamente a Viena a través de dos tuberías del acueducto. El primer acueducto de Viena procedente de las montañas (I. Wiener Hochquellenleitung) entró en funcionamiento en 1873, año de la Exposición Universal de Viena, y tenía como función principal prevenir la aparición de enfermedades y epidemias, como el cólera, mediante el suministro de agua fresca. La tubería sigue formando parte del suministro de agua de Viena en la actualidad, lo que demuestra lo innovadora y previsora que fue la planificación de entonces.
La sostenibilidad no era todavía un tema en 1873 y, a pesar de todo, el proyecto del primer acueducto de Viena procedente de las montañas es precisamente eso. El agua es capaz de fluir hasta Viena únicamente a través del gradiente, sin necesidad de utilizar ninguna bomba. En la actualidad, el manantial más lejano se encuentra a 150 kilómetros de Viena. Y en 24 horas el agua fresca y cristalina llega a Viena a través del acueducto I. Wiener Hochquellenleitung. A través de esta tubería llegan diariamente 220 millones de litros de agua de manantial. Más concretamente, al depósito de agua de Rosenhügel, que es el término del primer acueducto de Viena procedente de las montañas. Desde el exterior solo se puede ver un antiguo portal de entrada; todo el depósito, con su hermosa bóveda de crucería, se encuentra bajo tierra. En él se toman muestras de agua varias veces al día para comprobar su calidad.
La arquitectura del agua
En su camino hacia Viena, el agua pasa por un total de 30 imponentes acueductos a través del I. Wiener Hochquellenleitung, todos ellos monumentos catalogados. La Torre del Agua de Favoriten, un impresionante edificio de estilo historicista industrial, también es digno de ver desde el punto de vista arquitectónico. Esta llamativa torre, construida entre 1898 y 1899, sirvió para abastecer de agua a los distritos 10 y 12 hasta la construcción del segundo acueducto de Viena. Este funciona desde 1910 como sistema de apoyo al suministro de agua. Lleva agua de manantial desde la montaña de Hochschwab, ubicado en Estiria, hasta Viena; el agua tarda hasta 36 horas en llegar a la ciudad a través de esta tubería, que es algo más larga.
Ambos acueductos alimentan un total de 16 centrales eléctricas y generan suficiente electricidad para abastecer a una pequeña ciudad como Wiener Neustadt, de 40 000 habitantes. Sin embargo, lo que hoy en día parece visionario, en su momento tan solo pudo llevarse a cabo enfrentándose a una feroz resistencia. Para mucha gente, era difícil de entender la necesidad de llevar a cabo un costoso transporte de agua desde los Alpes teniendo en cuenta la cercanía del Danubio.
El 24 de octubre de 1873, el emperador Francisco José inauguró el primer acueducto de Viena procedente de las montañas, con la puesta en marcha de la fuente Hochstrahlbrunnen en la plaza Schwarzenberg. La fuente de este prominente lugar sigue siendo un símbolo de la liberación de Viena frente a las epidemias y la escasez de agua. Para el geólogo Eduard Suess, responsable de la construcción del primer acueducto de Viena, la fuente era el colofón de una obra de arte completa. Cada año, en el Día Mundial del Agua, el 22 de marzo, la fuente de Hochstrahlbrunnen se rellena con agua del primer acueducto de Viena tras la pausa invernal. La fuente es conocida por sus columnas de agua, cada una de las cuales tiene un significado. Por ejemplo, los 365 pequeños chorros al borde de la fuente representan los días del año. En 1906, la fuente Hochstrahlbrunnen se transformó en una fuente luminosa que brilla con una gran variedad de colores cada noche.
150 años de agua vienesa
Hasta qué punto la ciudad de Viena está orgullosa de su agua fresca de manantial puede apreciarse en las numerosas fuentes de agua potable que hay en la ciudad. En Viena se puede beber agua en más de 1.500 fuentes o rellenar gratis las botellas de agua en cualquier momento. El 24 de octubre de 2023, exactamente 150 años después de la inauguración del primer acueducto de Viena procedente de las montañas, en la plaza Helmut-Zilk-Platz del distrito 10 también se puso en funcionamiento una fuente conmemorativa, diseñada por el colectivo artístico de renombre internacional Gelatin. La ciudad de Viena es la única ciudad del mundo que hasta el momento ha puesto su agua de manantial bajo protección constitucional, para que el agua vienesa pueda ser preservada para las generaciones futuras tal y como es: «Un agua de manantial sumamente armoniosa y fácil de beber que es la compañera perfecta para todo, con una mineralización equilibrada y sin aditivos», dice la sumiller de agua Lin-Maurer.
Texto: Susanne Kapeller
Hochstrahlbrunnen
1040 Vienna
Torre de Agua en Favoriten, Viena
1100 Vienna
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