Krypt.bar
Parece imposible que bajando la estrecha escalera ante los ojos del visitante pueda abrirse una joya arquitectónica semejante de 250 metros cuadrados. Hay pocos bares en Viena que estén tan bien diseñados. Un viejo sótano abovedado con un turbio pasado que fue un club de jazz al borde de la legalidad durante las décadas de 1950 y 1960, se ha convertido ahora en un bar vienés donde conviven el estilo y la modernidad.
La barra atrae todas las miradas con sus siete metros de mármol y madera de nogal, mientras que aquí y allá hay pequeños nichos y espacios donde sentarse y abstraerse. El extravagante diseño interior realizado por el estudio vienés LKL fue galardonado con el American Architecture Prize en 2017.
Los cócteles del Krypt.bar son tan extravagantes como la arquitectura, en los que con frecuencia se usan verduras como ingrediente. El daiquiri de zanahorias era sensacional, igual que la bebida con chocolate y menta.