El Loos se llena todas las noches hasta la bandera. Con tan solo 27 metros cuadrados, es el bar más pequeño de toda Viena. Desde hace 110 años, aquí se junta un conglomerado de clientes de lo más interesante. Del hipster al abogado, desde personajes importantes a porteros, a todo el mundo le gusta el bar americano diseñado por Adolf Loos. Nadie queda indiferente ante la amalgama de personas que se reúnen aquí. Con cristal y todo.

El antaño controvertido arquitecto y artista Adolf Loos marcó en Viena el comienzo del modernismo arquitectónico. Tras una larga estancia en América en 1908 diseñó este bar, convertido posteriormente en monumento protegido. Con el bar Loos propuso una línea que marcó a numerosos bares americanos. Con madera, cristal, bronce y ónice, el ambiente que se genera es único. Los innumerables espejos además hacen que el espacio parezca aún más amplio. Quien venga aquí no puede tener fobia al contacto físico, y quien busque privacidad se estará equivocando de sitio. Pero nadie viene buscando eso. El bar Loos es un culto.